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Hoy estudiantes, mañana innovadores: perspectivas de futuro en 42 Madrid
La transformación digital alcanza a casi todos los sectores de nuestra sociedad, por lo que no todas las personas que se acercan a la programación quieren convertirse en ingenieros de software. La industria tecnológica, y el mercado laboral en general, no cesa de demandar roles diferentes y novedosos. En este sentido, 42 Madrid se erige como un lugar idóneo para desarrollar habilidades tecnológicas y competencias transversales que permitan empezar a construir un camino hacia el futuro.
Diseñador de videojuegos, experto en blockchain, desarrollador de aplicaciones móviles o especialista en ciberseguridad. Big data, IoT, Machine Learning o Inteligencia Artificial. La metodología 42 está diseñada para que los estudiantes elijan su propio itinerario académico y estén preparados para asumir multitud de roles profesionales cuando finalicen sus estudios. Una vez superado el período de piscina, los miembros de la primera promoción de 42 Madrid empiezan a tomar conciencia real de que su experiencia en la academia será totalmente personalizada. Importante: el denominador común hacia el éxito es la motivación durante todo el proceso. Los objetivos de hoy pueden no ser los de mañana, pero cada estudiante tiene unas expectativas que le han llevado a ser parte del campus más innovador del país.
La programación y el arte se encuentran
Elena es licenciada en Psicología y tiene formación complementaria en piano y postproducción audiovisual. Sus conocimientos previos de programación antes de 42 se limitaban a unos cursos sobre diseño de páginas web, por lo que afirma que “mi única base es lo que aprendí durante la piscina”. Por su parte, Christian es autodidacta desde el instituto, donde cursó el bachillerato de Artes y ya manifestó su interés por el desarrollo de videojuegos. No fue a la universidad y, desde casa, había probado con diferentes formaciones de acceso libre. En todas ellas, identificó ciertas carencias que le llevaron a apostar por 42 Madrid: “He estado cinco años aprendiendo por mi cuenta y he notado que otros sistemas educativos estaban cojos en materias, método y estudio de videojuegos a nivel de diseño y programación. Quería aprender por mí mismo cómo se podría enseñar de distinta manera. Aprender a aprender”.
Tanto Elena como Christian son representantes de una gran comunidad de estudiantes de 42 Madrid con formación humanística que se han sentido atraídos por el mundo de la programación. Muchos de ellos vienen decididos a formarse para poder cumplir proyectos personales concretos, pero otros están a la expectativa de su propia evolución en la academia. “Necesito mucha más información acerca de este mundo para saber a dónde quiero dirigir mi aprendizaje. Me llaman la atención la Inteligencia Artificial y la ciberseguridad, pero todavía no logro vincular la primera con la psicología. Estoy esperando. De todas maneras, mi sueño sería poder desarrollar un proyecto donde la música y la programación estén conectadas”, explica Elena.
Aprender para emprender
Los estudiantes aprendieron en la piscina que en 42 Madrid deben encontrar la manera de adaptarse, a manejar los contratiempos y a resolver nuevos desafíos. Con el inicio del campus, e independientemente del camino que elijan tomar, se añade ahora la constancia como la mejor de las compañías. Siempre a su propio ritmo. El objetivo es lograr combinar su pasión por los objetivos que se han marcado con una profunda comprensión de la tecnología. De tener éxito, las posibilidades son infinitas.
Paula hizo un grado medio de Informática especializado en Sistemas y llevaba un tiempo trabajando en ello, pero dejó su trabajo para poder dedicarse completamente a 42 Madrid. Tiene muy claro que quiere formarse para poder emprender y combinarlo con una de sus pasiones, viajar. “La mayoría de mis amigos salen de las universidades sin experiencias laborales y sin idea de las habilidades que se necesitan para encajar en una empresa. Me gustaría crear una y viajar por el mundo para poder trabajar desde donde quisiera. Tengo formación en desarrollo web y me gustaría ser Full Stack developer”. Dedicación completa a sus estudios también emplea Carlos, quien comparte el ánimo emprendedor de su compañera, pero a corto plazo: “somos bastante novatos pero hemos visto tirón para desarrollar páginas webs entre unos cuantos compañeros para ir sacándonos un dinero durante la academia. Además, hemos pensado en hacer un podcast semanal sobre tecnología”.
La tecnología como herramienta de innovación
Antes de aterrizar en 42, Luis Carlos y Santi habían disfrutado de experiencias internacionales en su formación. Mientras Santi abandonó la carrera de Ingeniería de Software decepcionado con la metodología de enseñanza, Luis Carlos se graduaba en ADE, especializándose en contabilidad financiera. “Llevo siguiéndole la pista a 42 desde hace mucho tiempo, incluso desde la universidad. De hecho, llegué a conseguir plaza en las piscinas de París y Silicon Valley, pero por diversas circunstancias no pude hacerlas. Que 42 llegara a Madrid fue un subidón de adrenalina”, comenta Santi. Luis Carlos también conocía y tenía interés en el campus original de París porque tiene familia en la capital francesa, pero el idioma siempre le echaba para atrás.
“Siempre me ha gustado el tema de la contabilidad y pienso que ahora está derivando por el desarrollo de herramientas de análisis de datos. Lo que más valor tiene es la información y ese perfil tecnológico se está potenciando entre los que hemos estudiado ADE“, afirma Luis Carlos. En cinco años, se ve trabajando en la Unión Europea, juntando sus dos pasiones. En cambio, Santi se ve en un lustro terminando sus investigaciones sobre Inteligencia Artificial, Machine Learning y emprendimiento.
“Echo las mismas horas que en la piscina”, dice Carlos. “Me trasladé desde Málaga exclusivamente para la piscina y no tenía otra cosa que hacer, pero, ahora que soy estudiante, puedo gestionar mi tiempo y me he relajado”, afirma Christian. Santi comenta que “llevo dos semanas sin venir porque tenía otros asuntos importantes que atender y ya estoy aprovechando la libertad que me ofrece 42”. La academia ha comenzado y las rutinas personales se van ajustando, pero sin dejar de lado las perspectivas de futuro. Como incentivo, la posibilidades que ofrece la 42 Network para rotar entre campus a partir de determinado nivel, ha despertado interés entre los estudiantes. Carlos y unos cuantos de sus compañeros ya hablan sobre lo interesante que sería terminar su formación en el campus de 42 Silicon Valley mientras trabajan a tiempo parcial. Luis Carlos se ve en el anunciado campus de 42 Yakarta a medio plazo. Paula, Santi y Elena tampoco descartan rotar y ampliar sus fronteras. En cualquier caso, todos siguen todavía en proceso de conformar su rutina diaria: acudir a Distrito Telefónica, compatibilizar 42 con otras ocupaciones o, simplemente, ajustar su tiempo para el ocio y el deporte.