Actualidad42 Madrid

La brecha de género en los sectores de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, o sea, las profesiones STEM, persiste desde hace años en todo el mundo. Solo alrededor del 30% de los investigadores en todo el mundo son mujeres. Los prejuicios y los estereotipos de género que se arrastran desde hace generaciones continúan manteniendo a las niñas y mujeres alejadas de los sectores relacionados con la ciencia. Queda claro que algo estamos haciendo mal como sociedad.  

Existen muchos prejuicios, normas sociales e incluso expectativas que limitan la calidad de la educación y de las asignaturas que estudian muchas niñas y mujeres. En este sentido, María, estudiante del campus de 42 Madrid reflexiona en voz alta que “es posible que todo venga de algunos sesgos y de la autoexigencia excesiva que tenemos muchas mujeres. Yo he llegado a pensar que no estaba lo suficientemente preparada como para estudiar programación, cuando la realidad es que no es cierto. No hay prueba más evidente que un primer día de piscina, en el que todos, independientemente de si eres hombre o mujer, estamos igual de perdidos”.

Como añadido, el denominado techo de cristal tampoco parece quebrarse para las mujeres que sí han apostado por las carreras STEM, ralentizando, o incluso bloqueando, su crecimiento laboral. Un dato: es cierto que, en las universidades públicas españolas, existe un incremento de la presencia de la mujer en la etapa estudiantil, pero también lo es que su presencia sigue siendo reducida en los puestos de profesorado. Otro dato: el 48% de total del personal en el sector científico-ingeniero en España son mujeres, pero en actividades concretas de este sector, como el de la alta tecnología, la presencia de la mujer se ve reducida a un 27%, según datos recogidos por Eurostat en 2017. En definitiva, y de vuelta a 2021, todavía predomina el estereotipo de ver a los hombres ocupando puestos directivos y de mando, considerándose a la mujer como incapaz de asumir estos roles por falta de capacidad de mando y autoridad. De hecho, así lo refrenda un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, donde un 47,4% de la población global piensa que los varones son mejores líderes políticos y un 41,4% cree que son más adecuados para mandar en los negocios.

En la misma línea que María, Laura Castela, directora de 42 Madrid desde que abrió sus puertas en septiembre de 2019, dirige su pensamiento. Para ilustrarlo, comparte que “no es extraño que, ante una misma oferta de trabajo que exige diez requisitos, una mujer que no los cumpla todos no se presente. En cambio, un hombre que solo cumpla la mitad, posiblemente sí lo haga”. Continúa Laura Castela con que “debemos asegurarnos de que todas esas mujeres a las que les guste la tecnología se dediquen a ello y no abandonen por los prejuicios culturales de los que la sociedad es víctima. Somos todos iguales y podemos desempeñar óptimamente cualquier rol en el sector tecnológico. Todo este pensamiento está escrito en el ADN de iniciativas como 42 Madrid, los campus que están por venir en el resto del país, así como muchas otros proyectos de Fundación Telefónica”.  Pueden dar fe de ello algunas de las estudiantes actuales del campus como Alba, Camila o Marina.

Por si fuera poco, la pandemia que asola al planeta amenaza con ampliar estas disparidades, especialmente para las científicas en las primeras etapas de su carrera. Hoy más que nunca debemos reconocer las contribuciones de las mujeres en el ámbito científico para destruir los estereotipos y erradicar la discriminación contra las mujeres y las niñas que obstruye su desarrollo en este campo. Los referentes son importantes, los de ayer y los de hoy. ¿La primera persona programadora de la historia? Una mujer. ¿Quién hizo los estudios pioneros en radioactividad? Una mujer. ¿La persona responsable de la fusión nuclear y la única que tiene un elemento de la tabla periódica en su honor? Una mujer. ¿Quién marcó con sus estudios el nacimiento de la preocupación por el deterioro del planeta debido a la acción humana? Una mujer. ¿Cuántas mujeres de la historia creadoras de grandes hallazgos científicos permanecen en el anonimato por el simple hecho de haber nacido mujeres? ¿Cuántas no han tenido siquiera la oportunidad de desarrollar su vocación?

El mundo necesita la ciencia, y la ciencia necesita de las mujeres y niñas.