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Mitos y ciencia alrededor del cerebro de los programadores

¿Y si la separación entre habilidades matemáticas y lingüísticas no es más que una ficción que nos empeñamos en perpetuar? Los programadores se ocupan en gran medida de entender códigos ya escritos. Averiguan el modo en que las instrucciones y definiciones individuales ocultas en el código influyen en el comportamiento del software. Solo entonces pueden modificar o completar elementos concretos. El verdadero funcionamiento del cerebro es uno de los grandes misterios por resolver de la ciencia, pero las nuevas tecnologías van arrojando más luz sobre la materia.

Que el cerebro humano está dividido en dos hemisferios no es ninguna novedad. Además, sabemos desde hace mucho que cada uno desempeña distintas funciones. Mientras el hemisferio izquierdo es generalmente el responsable del lenguaje y el habla, el hemisferio derecho controla las emociones y el reconocimiento facial. Ambas mitades están conectadas entre sí por una estructura denominada cuerpo calloso, formado por millones de fibras nerviosas que recorren todo el cerebro. Gracias a estas fibras, los dos hemisferios están continuamente conectados.

Alrededor de este órgano vital existen muchos mitos y creencias. Algunos están aceptados por la cultura popular de manera masiva, pero carecen de evidencias científicas sólidas hasta el momento. El más extendido de todos ellos hace referencia a que, en los estudiantes que son más intuitivos, dominaría el hemisferio derecho. Según esta creencia, el hemisferio izquierdo sería el predominante en aquellas personas que aprenden de una forma secuencial o lineal. Se dice también que en estas últimas prevalece la lógica, el pensamiento racional y ordenado. Por el contrario, los del hemisferio derecho favorecen la creatividad y tendrían mayor facilidad para el arte. Según esta forma de pensar, el hemisferio izquierdo se fijaría en los detalles, en el conocimiento, en la percepción de patrones, en las estrategias o en las cosas prácticas. Sería el lugar de las matemáticas y la ciencia, principalmente. El derecho, por el contrario, se fijaría en las grandes panorámicas, en el presente y el futuro, en las creencias y la fantasía, sería impetuoso y tomaría riesgos. Sería el lugar de la filosofía y el arte.

La programación está dando mucho de qué hablar en el campo de la neurociencia. Son muchos los neurocientíficos que dedican sus esfuerzos a descubrir las incógnitas detrás de la mente de un programador, cómo se encuentra conectada, y de qué manera las demandas constantes que implica la programación afectan a nuestro cerebro. De igual manera, proliferan en la red muchos tests rápidos que buscan de manera divertida revelar a los usuarios cuánto usan los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro. No hay respuestas correctas o incorrectas ya que no son test de conocimiento, simplemente prueban el equilibrio entre los dos hemisferios. Sus resultados son cuestionables por los motivos ya expuestos, pero sirven como excusa para que estudiantes de programación puedan autoanalizarse utilizando el mismo baremo.

Estudiantes del campus, a prueba

Antes de continuar su formación en 42 Madrid, Miguel cursó Ingeniería Informática y estuvo trabajando en una empresa durante tres años. Afirma que “en 42 busco aprender los conocimientos desde su raíz, y no solo de manera superficial, que luego no sirve de nada porque se olvidan. Los campos que más me llaman la atención son el desarrollo web/móvil y la administración de sistemas, aunque no dudaré en formarme en todas las ramas que pueda de las que ofrece el cursus”. El resultado de su test fue 63% para el lado izquierdo y 37% para el derecho. Sus comentarios a los mismos: “estoy altamente satisfecho ya que estoy mejorando mis habilidades sociales y técnicas al explicar algunos conocimientos a otros compañeros. Al final te esfuerzas más para explicarlo, y llegas a dominar mejor el tema”.

“El aprendizaje que estoy adquiriendo en 42 Madrid sobre Big data, machine learning, redes, GitHub, scrum, agile, meditación y la importancia de ser buena comunicadora, entre otros, afianza cada día mi desarrollo no solo a nivel técnico y profesional, también a nivel personal”, dice Elena, también estudiante del campus y participante de la primera piscina que tuvo lugar en 42 Madrid. El resultado de su test fue 44% para el lado izquierdo y 56% para el derecho. Sus comentarios a los mismos: “me encajaría porque fomento el tipo de pensamiento de cada hemisferio. Es algo que no descuido porque considero que es fundamental para el desarrollo de cualquier persona. De hecho, me gusta hacer algunas actividades para fomentarlo. Por ejemplo, leo textos de física de divulgación porque suponen un reto de imaginación y de esfuerzo conceptual. También hago ejercicios de escritura con la mano izquierda aunque soy diestra. Incluso, como me interesa la estructura lógica de la gramática, me inventé un idioma cuando era pequeña, que hoy continúo ejercitando”.

A Eugeniu no le gusta el caos, pero sí que es curioso y considera tener buena intuición. Tres características que el test asocia al hemisferio derecho del cerebro. De origen moldavo, tiene un Grado Superior en Administración y Finanzas y un par de años cursados de Ingeniería Informática. Es muy habitual verle colaborar con sus compañeros y pocos son los eventos que organiza la academia que se pierde, tanto en Studio 42 como en remoto. Cuenta que “aspiro a desarrollar mis soft skills en 42 Madrid. Además, los contactos son importantes. En cuanto a competencias digitales, me gustaría profundizar en algo que sea innovador o relativamente nuevo. Por ejemplo, neuralink”. El resultado de su test fue 72% para el lado izquierdo y 28% para el derecho. Sus comentarios a los mismos: “me parece correcto”. El exhaustivo análisis que hace Eugeniu de sus resultados confirma los mismos…

El cerebro de los programadores

¿Funciona el cerebro de los programadores de software de una manera específica? Al procesar distintos tipos de información, el cerebro de un programador activa diferentes regiones que las de cualquier profesional de una actividad distinta. Más allá de esta obviedad, existen varios estudios recientes en el campo de la neurociencia que concluyen que las tareas de reconocimiento de código están más vinculadas con el lenguaje que con las matemáticas. Esto se debe a las regiones del cerebro que se activan, que podrían ser cinco relacionadas con el procesamiento no solo del del lenguaje sino también con la memoria funcional y la atención.

La comprensión del lenguaje desempeña una función destacada en la programación, mientras que la memoria operativa facilita que se memoricen las variables del programa. Surgen interrogantes que pueden arrojar luz sobre una mayor eficiencia y productividad del cerebro. Por ejemplo, ¿el desarrollo de las habilidades del lenguaje puede mejorar la capacidad para programar? ¿Aprender y dominar otras lenguas aumenta las competencias de programación? A día de hoy, no hay una evidencia irrefutable de que aprender C, Python o Java sea como aprender alemán, francés o japonés, pero los resultados de las investigaciones llevadas a cabo hasta el momento muestran que hay similitudes claras en la activación cerebral que indican que la hipótesis es plausible. En este sentido, Elena, la estudiante con los resultados más equitativos, mantiene que «hay algo que no ha cambiado desde que conseguí superar el período de piscina y es mi deseo de conectar el lenguaje universal de la música con el lenguaje de programación«. Permaneceremos atentos.

Esta información destruiría el mito de la dicotomía de las competencias matemáticas versus las verbales y abre las puertas de la programación a muchos interesados que, por su inclinación al lenguaje, se sentían excluidos. Existe un campus de programación donde las hard y las soft skills se entrenan por igual. Al menos, se articulan las herramientas para ello y para que nadie se quede atrás. Existe un cursus que se actualiza constantemente y un equipo pedagógico que vela por una metodología basada en el peer to peer learning. Además, es gratuito. Por otro lado, ¿qué hay de cierto en eso de que realmente sólo usamos el 10% de nuestro cerebro? ¿Acaso los programadores utilizarían más?

por Eduardo Santana (42% para el lado izquierdo y 58% para el derecho)