Actualidad42 Madrid

Reflexiones de un nadador

Javier tiene 26 años y aunque trabaja en Marketing, está buscando ampliar mis horizontes profesionales con la programación. Nació en Bélgica, y se mudó de país con su familia varias veces antes de cumplir los 18, pero lleva viviendo en Madrid cinco años. Ha querido compartir su experiencia en 42 Madrid y su proceso de aprendizaje durante los 26 días consecutivos en el campus de Fundación Telefónica. Javi firma el siguiente texto 🏊

Un lunes perfecto para empezar a aprender cómo aprender a programar, me tiro a la piscina. Desde entonces he estado nadando, a veces avanzando poco, muchos días he estado más bien flotando, pero decidido a completar el largo. Como muchos otros compañeros, he llegado sin saber escribir una sola línea de código, entonces ha sido un proceso emocionante. Aventurarse en lo desconocido siempre da un poco de miedo, pero es inexplicable el subidón que sientes cuando ves todo lo que has avanzado.

Hace dos meses me apareció un anuncio de 42 Madrid en YouTube, el algoritmo tiene sus cosas buenas, e investigué para ver de qué se trataba. Vine al Open Day y decidí apuntarme, me llamo la atención su método de aprendizaje, sin profesores, sin libros y con proyectos que tienes que averiguar cómo resolver con la ayuda de tus compañeros. También me atrajo la libertad de horarios, y que es totalmente gratuito. Lo primero es importante porque yo quiero compaginar mi formación con el trabajo, y aunque creo que es posible hacerlo, en retrospectiva, me habría venido bien cogerme más días de vacaciones para aprovechar la piscina. Es un periodo muy exigente, pero también muy divertido, y se me quedan cortas las horas del día para estar aquí, me gustaría poder echarle más.

Una de las cosas con más valor que proporciona 42 Madrid, es juntarte con personas que comparten un mismo objetivo. Es un lujo trabajar rodeado de gente tan dispuesta a ayudar y a enseñar. La diversidad de los perfiles también viene acompañada por la diversidad en el nivel conocimientos previos, lo mismo te enseñas código, que te cuentas tu vida con personas que hace que conoces cinco días. ¡Parece que conozco a mis compañeros desde hace mucho tiempo!

En la programación se aprende cometiendo errores. Es fantástico sentir cómo vas acercándote a la solución final de un ejercicio que lleva retándote días enteros, y cuando un ejercicio tiene un obstáculo que parece insuperable, un compañero te lo explica de una manera que lo deja todo claro. Por eso es importante preguntar a todos tus compañeros, mi consejo es que nunca dejes de hacerlo. Los primeros días me daba vergüenza molestar al prójimo con mis dudas sobre los proyectos, pero sé que a mí no me molesta nada estar del lado contrario, y que además, ayudar al prójimo, ayuda a uno mismo.

A pesar de estar mentalizado para ello desde el principio, el gran reto ha sido llevarlo día a día, y no agobiarme por la cantidad de trabajo total. Para ello, me ayuda enfocarme en lo que estoy aprendiendo en ese momento. Paso a paso. La piscina es, sin duda exigente, pero para crecer hay que llegar al límite e ir más allá. ¡Es una experiencia en sí misma!

Como consejo a aquellos que dudan: ¡NO DUDÉIS EN LANZAROS A LA PISCINA!

Javier
Candidato a entrar en 42 Madrid Fundación Telefónica