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Decálogo para una buena piscina, por Carlos

Carlos vive del aire fresquito que se respira en el cluster y de la radiación que emite la pantalla de su ordenador. Se alimenta de los bytes que se escapan cuando los piscineros no ponen return en sus main y del moka XXL de las máquinas del campus. Antes de llegar a 42 Madrid, dio varias vueltas por el mundo y se subía a cada nave que encontraba en su camino. Sin importar el destino. Ahora, ha encontrado nuestra nave y ha plantado aquí sus raíces. Está buscando fortalecerse para superar cualquier turbulencia y prepararse para el futuro. Camperizar una furgoneta y viajar por el mundo mientras trabaja en remoto es uno de sus sueños más grandes. Pero junto a su perra Jelly, claro, que no puede quedarse atrás. Mientras tanto, está estudiando programación en 42 Madrid. Ha recogido los que para él son los consejos más útiles para superar una piscina, Te lo cuenta él mismo en el siguiente texto firmado por su puño y letra. Ah, Carlos es estudiante de 42 Madrid tras haber superado su segunda piscina. Un ejemplo de superación. 🚀

Campus de 42 Madrid Fundacion Telefonica

En esta vida siempre hay dos maneras de atajar un problema. En una no somos conscientes de dónde estamos, de lo que nos rodea, o de nuestra capacidad para interactuar con ese presunto medio hostil. En la otra pensamos un poco más. Tomamos un momento para echar un vistazo, ubicarnos, coger aire, planear una estrategia y dedicar toda nuestra fuerza para remar en esa dirección.

La piscina es un concepto que al principio sorprende. Uno se ve abandonado, sin directrices y frente a retos que no reconoces por su naturaleza difícil. Los primeros días la sensación se parece un poco al pánico que sientes al caer en el mar más allá de las boyas. Allá donde la profundidad está cubierta por algas y no llega la luz. Es una sensación que emula el fondo oscuro y opaco. Nos llena de impresión y de desconcierto. Miras alrededor y solo ves una gran masa de agua que te envuelve y que va en mil direcciones. Nuestra incapacidad para relajarnos, pensar y tomar aire queda patente. Eso, sin mencionar la posibilidad de que un kraken enorme aparezca de las profundidades con el único objetivo de devorarnos. Sí, a nosotros. A nosotros, que por alguna razón, somos tan importantes para él.

Exceptuando a los robots y otras especies extraterrestres que no necesitan respirar, si a nosotros nos llegara a faltar el aire, sería bastante complicado. Así que mi primer consejo de este decálogo es ese. Respirar. Respira hondo hasta que esa presión en el pecho deje de apretar tanto. Está dentro de la naturaleza humana compararse, ya sea positiva o negativamente, y no es para nada un acierto. Cada persona tiene un ritmo diferente. No deberíamos preocuparnos por no llevar el mismo ritmo que otros. Desviarte y seguir el camino de los demás solo hará que llegues más tarde a tu destino.

Lo segundo será saber quién eres y qué es lo que vas a hacer tú. En función de tu camino y tu punto de partida, no el del resto. Ser conscientes de los límites de nuestras habilidades es fundamental para alcanzar nuevas destrezas. Pero no son solo los límites de nuestras habilidades codeando, a los autoestopistas galácticos se nos exige llegar un poco más lejos. Otra seña más de nuestra inmejorable preparación para este mundo. Las habilidades sociales son de gran importancia y las desarrollaremos aquí, vaya que sí.

El tercer consejo será intentar salir de la cueva que habitamos y hacer de esta una experiencia conjunta. Todo es más divertido haciendo “piñita”. Es necesario saber cuándo apoyarse y descansar, al igual que es necesario saber estar para los demás. No solo se puede ayudar siendo un crack del código. Al final, comprendes que todo tiene su momento y que no hay prisa.

Como cuarto tip voy a hablar del descanso. Tan necesario como infravalorado. Dormir a diario o una cerveza los viernes son cosas que cuesta regalarse, pero que nuestra mente agradece cada vez que nos levantamos después de 12 horas frente al ordenador.

Mi quinto apartado será la comida. Comer sándwiches de máquina durante toda la piscina es como mezclar la gasolina de un coche con agua y llenar el depósito antes de salir del viaje. Seguramente no llegues ni a salir de Madrid. Hay que cuidar lo que usamos como combustible si queremos llegar vivos al final de esta historia. Gracias, mamá, por los tápers.

El sexto consejo es que lo saques todo. Llora, grita, corre, salta, pega patadas al aire si es necesario (bueno, puedes buscarte un problema con los de seguridad si es contra el mobiliario del campus), pero lo que sea que necesites hacer, hazlo. Descárgalo todo. La frustración y la tensión sumado a la sensibilidad de cada uno, puede rompernos un poquito a veces el frente. Y no pasa nada. Lloras, respiras, te limpias la cara y de vuelta al curro. Si llegas hasta este punto, significa que vas por buen camino. La única manera de sobrepasar nuestros límites es exigirnos por encima del conformismo al que estamos habituados. Así que, si nos cuesta, significa que indudablemente merece la pena.

Séptimo tip. El deporte viene muy bien. Es bastante obvio, pero lo notas mucho más cuando te acercas al final de la piscina. Ya están todos jadeando al subir las escaleras del segundo piso. Así que igual es mejor no esperar a tener solo medio pulmón o la columna y el cuello destrozados para empezar con el yoga.

La octava maravilla viene de la mano del tip anterior. Las duchas. Sin duda alguna, te ayudarán durante este camino. Sobre todo en verano, donde salir de 42 requiere de un buen motivo. Úsalas, ¡no sabes quién puede venir hoy al campus de visita!

El noveno es bastante sencillo, pero muy importante. Recomiendo usar Slack, la herramienta de comunicación y trabajo que utiliza toda la 42 Network. Parece que aquí la gente es rara porque usa Slack en vez de hacerse un grupo de WhatsApp, pero creedme, tienen sus razones. Ya habrá tiempo para que lo descubras.

Mi último consejo es que disfrutes. Vive y saca provecho de todos los momentos. No solo de código vive el ser humano. Es obvio que hay que dejarse la piel para demostrar de lo que uno es capaz, pero hay que disfrutar de este proceso. Más o menos como cuando leemos un libro o vemos una peli y nos convertimos parcialmente en el personaje. Pues esto es algo similar. Todos hacemos nuestra historia y es up to us el llenarla de buenos momentos.

Para entender la utilidad de una herramienta es necesario conocer el contexto. Por eso creo que con estos tips en el panorama, la experiencia de la piscina podrá hacerse mucho más llevadera. ¡Les invito a todos a sumarse a la próxima piscina! Es, definitivamente, una experiencia que vale la pena vivir una vez en la vida.

Carlos de la Figuera, estudiante de 42 Madrid